TOURS,EL CORAZÓN DEL LOIRA
Nuestro viaje comienza en Galicia, desde donde tras una larga ruta en coche (12 h y media) que dividimos en 2 días, llegamos a Tours, el núcleo central del valle del Loira. Nuestra decisión de ir en coche fue debida a que para moverse por toda la zona y visitar los castillos es necesario coche, propio o de alquiler, y teniendo en cuenta las malas conexiones aéreas desde Galicia con esta zona, lo más sencillo resultaba viajar en nuestro propio vehículo y aprovechar para hacer parada en alguna ciudad española tan bonita como León o Burgos.
Desde Tours pueden visitarse prácticamente todos los castillos al tratarse de una ubicación estratégica, por lo que podría servir como base para viajar por todo el Valle del Loira. Sin embargo, nosotros preferimos dormir solamente una noche en Tours y pasar el resto de noches en otras zonas más tranquilas donde poder experimentar la vida en los castillos como ya os relataremos más adelante.
NUESTRO HOTEL EN TOURS: HOTEL SAINT JEAN
Aunque se trata de un pequeño hotel y sencillo en lo que respecta la decoración,el hotel Saint Jane está ubicado a 5 minutos andando del casco viejo de la ciudad, por lo que en relación calidad-precio-ubicación podemos considerarlo muy bueno. A tener en cuenta que la mascota tiene un coste de 5 Euros diarios.

El hotel es ideal para alojarse con mascotas ya que Pivo no solamente pudo dormir con nosotros en la habitación, sino que también pudo acceder a la sala de desayuno ya que el dueño del hotel tiene también un perro que normalmente ronda las instalaciones, aunque durante nuestro viaje se encontraba de vacaciones y no llegamos a conocerlo.

Una vez instalados en el hotel, salimos a conocer la ciudad de Tours, para lo que teníamos ese día completo para disfrutarla. El tamaño de Tours es relativamente pequeño por lo que en un día se pueden visitar perfectamente todos sus rincones.
LE VIEUX TOURS
Desde el hotel nos dirigimos directamente a la zona Vieja, le Vieux Tours, donde pudimos contemplar sus maravillosas calles y en especial la plaza Plumereau donde uno tiene muchas opciones para comer/cenar, por lo que sabíamos que volveríamos unas horas más tarde para cenar…

Cercana a la zona vieja está la Basílica Saint Martin, uno de los monumentos que más nos impresionó de Tours. Está formada por 2 torres clasificadas como monumentos históricos, la torre de Carlomagno y la torre del reloj, y por una cúpula coronada por la estatua de San Martín. Parte negativa: los perros no pueden acceder a su interior ni subir a ninguna de las 2 torres.

Desde aquí y en dirección a la Catedral, es parada obligatoria la calle Nationale, calle ancha llena de tiendas y cafés donde se divisaba una noria al fondo en la época en la que la visitamos.

La Catedral de Tours es una construcción católica dedicada a San Gaciano, el primer obispo de Tours. En la plaza de la catedral había varios anuncios de un espectáculo lumínico, Les illusions de la Cathedrale, que tenía lugar todas las noches de los meses de verano, así que esa noche volvimos para verlo después de cenar y mereció la pena ver las distintas ilusiones representadas en la fachada principal de la catedral contando en las proyecciones historias de las distintas épocas vividas en la ciudad de Tours. Al ser un espectáculo exterior en la propia plaza de la catedral, los perros pueden estar presentes durante la proyección. Eso sí, Pivo aprovechó para dormir ya que estaba cansado tras haber pasado el día entero caminando por la ciudad.


Cercana a la catedral se puede visitar el Museo de Bellas Artes, donde está permitido que las mascotas paseen por los jardines del museo, y el Castillo de Tours. Sí, ¡era inevitable que la ciudad no tuviese su propio castillo!


Con un paseo por el río observando el puente Suspendu de Saint Symphorien y la isla Aucard al fondo, volvimos hacia la zona vieja para cenar en esas calles llenas de encanto.

En muchos de los restaurantes está permitida la entrada de tu mascota de tal forma que puedas comer en el interior. En nuestro caso decidimos cenar en la terraza del restaurante “La Manufacture” porque hacía buena noche, pero hubiésemos podido cenar dentro del restaurante sin problema. Buena elección en relación calidad-precio (sobre 60 Euros 2 personas).

A la mañana siguiente antes de dejar Tours, pasamos por el Ayuntamiento de la ciudad. Está situado al final de la Rue Nationale y merece la pena acercarse para ver este impresionante edificio del siglo XIX.

Buen comienzo de viaje y muy recomendable Tours para pasar medio día o un día completo. De todas formas, los rincones más bonitos del Valle del Loira estaban todavía por llegar…. En el próximo post os contamos nuestras primeras visitas a algunos de los castillos.